Conocer más sobre el etiquetado para tirar menos alimentos
Recientemente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto en marcha la campaña ‘Alimenta el cambio’, con el objetivo de concienciar a los consumidores de su importante papel en la lucha contra el despilfarro de alimentos. Entre sus propuestas: que las fechas de caducidad y consumo preferente se fijen siguiendo criterios únicamente de calidad y seguridad alimentaria, para establecer fechas más realistas que alarguen los plazos de consumo.
En esta línea se fijó una de las principales conclusiones del foro Save Food 2016, en el que la FAO, la ONU y la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), expusieron la necesidad de mejorar la formación de los consumidores sobre el etiquetado, como medida clave en la lucha contra el desperdicio alimentario.
Una de las primeras cosas que debemos conocer para frenar el desperdicio de alimentos en el hogar es la diferencia que existe entre “consumir hasta”, que implica una fecha límite de consumo relacionada con la seguridad alimentaria, y “consumir preferentemente antes de”, que hace referencia a una fecha de consumo mínima, tras la cual el producto aún puede ser consumido. Para ello debemos saber que:
La fecha de caducidad: Es el momento a partir del cual un alimento ya no es apto para su consumo, porque podría ser perjudicial para la salud. Esta fecha se determina mediante estudios microbiológicos.
La fecha de consumo preferente: Fecha a partir de la cual las propiedades físico-químicas y organolépticas del producto (sabor, color, olor o textura) empiezan a modificarse y pueden ser percibidas de forma negativa por el consumidor. Se estima mediante estudios físico-químicos y organolépticos.